La historia de la comida seca para perros y su impacto en la salud canina
Hoy en día, muchas personas asumen que la comida seca ha sido siempre la forma “natural” de alimentar a los perros. Pero la historia dice otra cosa. La alimentación canina tal como la conocemos dio un giro radical durante y después de la Segunda Guerra Mundial, y ese cambio ha dejado una huella profunda en la salud de nuestras mascotas.
Antes del conflicto, era común que los perros comieran restos de comida casera o alimentos cocidos preparados con ingredientes frescos. Sin embargo, con la llegada de la guerra, las prioridades industriales cambiaron. El metal, utilizado hasta entonces para enlatar comida húmeda, fue redirigido hacia la producción bélica: municiones, vehículos, armas. Como resultado, la comida húmeda desapareció de los estantes. Fue entonces cuando la industria comenzó a desarrollar alimentos deshidratados y croquetas secas, promoviendo su conveniencia y larga vida útil.
Lo que parecía una solución práctica en tiempos difíciles se convirtió en la nueva normalidad. La comida seca para perros se masificó en las décadas siguientes, consolidando una industria multimillonaria. Sin embargo, poco se habló de los efectos secundarios de este cambio repentino en la dieta canina.
Consecuencias en la salud de los perros
Desde entonces, se ha observado un aumento notable en problemas de salud considerados atípicos para los perros: alergias alimentarias, enfermedades metabólicas como la diabetes, problemas de piel, trastornos digestivos y, sobre todo, obesidad.
El cuerpo de los perros no evolucionó para digerir grandes cantidades de carbohidratos procesados ni subproductos de bajo valor nutricional. A lo largo del tiempo, estas dietas secas ultraprocesadas han sido señaladas como una posible causa de inflamación crónica, intolerancias alimentarias e incluso cambios en el comportamiento.
Hoy más que nunca, muchos cuidadores de mascotas están reconsiderando el tipo de alimentación que ofrecen a sus perros. Optar por opciones más naturales, como la comida cocida estilo BARF, no es solo una tendencia: es una forma de volver a lo esencial, a lo que biológicamente es más apropiado para ellos.
Una de esas alternativas es Bocado Light, una receta cocida diseñada para mantener un peso saludable, elaborada con ingredientes reales, sin conservantes ni excesos de carbohidratos. Es un ejemplo de cómo la alimentación consciente puede marcar la diferencia en la salud a largo plazo de nuestros compañeros peludos.
¿Volver a lo natural?
Recuperar la salud de nuestras mascotas no tiene por qué ser complicado. Al elegir una alimentación más cercana a su naturaleza —como dietas cocidas con ingredientes frescos y controlados—, estamos dando un paso hacia su bienestar integral.
Entender la historia detrás de lo que comen nuestros perros nos permite tomar decisiones más informadas y responsables. Y quizás, reescribir un poco esa historia para que las futuras generaciones de perros vivan más sanas, felices y con comida que realmente los nutra.
